sábado, 26 de marzo de 2016

Para mi Nena



"Pimpollo quiero hablarte, y a solas,
Porque quiero más que decirte cosas,
Mostrarme por adentro.
Pimpollo de mi alma yo sé que tu silencio
Más que palabras lindas necesita un espejo,
Si bien yo soy tu padre, y eso me da derechos,
Sé que a tu edad no valen algunos argumentos,
Que sobran ciertas frases, y hace falta el ejemplo,
Por eso me conformo con que me creas sincero.
Claro que yo debiera ser más amigo,
Tengo que estar más cerca tuyo
De vez en cuando al menos, y sobre todo ahora.
Pimpollo, en este tiempo en que tu
Sangre joven busca su derrotero,
Y se te van los ojos al país de los sueños,
Y se quedan tus manos para escribir recuerdos,
Ahora que en mi alma también hay algo nuevo
Algo que no quisiera decirte que son "celos"
¿por qué sabrás?, pimpollo que aunque no lo demuestro,
Y aunque de la impresión de estar solo en los pesos,
Me preocupan tus pasos y te sigo de lejos,
Si supieras las noches, que te pienso, y te pienso,
Lo hablamos con tu madre, la pobre según veo vive más
El problema, sufre tu crecimiento da vueltas con ustedes,
Y lleva todo el peso de la casa,
Yo, a veces, parezco un forastero y es que,
Yo fui educado de otra forma,
Otro tiempo, te mentiría si te digo que no temo,
Si al no hallar las palabras muchas veces me muerdo,
Y me trago las ganas de contarte mis miedos,
Porque los hombres, somos así ¡de carne y hueso!
Pimpollo somos luz y sombra al mismo tiempo,
Llevamos en nosotros algo así como un fuego,
Una chispa sagrada, madre de tanto incendio.
Ustedes, las mujeres en cambio, llevan dentro
Un manantial sagrado y es que dios mismo
Ha puesto, en el cántaro tibio de sus hermosos,
Cuerpos el agua de la vida, un grandioso misterio,
Por eso es que te pido, o mejor te recuerdo,
La vida es un camino, tenés que recorrerlo,
Acordarte que abundan los entretenimientos.
¡no juegues con la vida! ¡cuidado con el fuego!
No quiero que te quedes mirando mis defectos,
Ni quiero que me busques en los rostros ajenos,
Tenés que preocuparte de hallar tu compañero,
Que ya dejó a los suyos, y viene hacia tu encuentro.
Salí de vos, te invito a que hagas un esfuerzo,
Larga esos colibríes que hay en tus ojos nuevos,
Y recorre horizontes ¡andate hasta otros cielos!,
Conocé otros paisajes, ¡si es tuyo el universo!.
Llenales de preguntas al río, al sol, y al viento,
Hablá con los caminos, te dirán lo que vieron,
Son mis viejos amigos y te irán repitiendo:
Los que buscan encuentran, no te apures que hay tiempo.
Y es cierto, es mi experiencia lo poquito que tengo,
Que le gané a la vida, mirá alrededor nuestro,
Nada se hace de golpe la dicha es un secreto.
¡hacer todas las cosas a su debido tiempo!
Ya vas a ver pimpollo, ¡qué hermoso es todo eso!
Tendrás ganas de darte, y es que podrás hacerlo,
Porque para ese entonces ya volverás sabiendo,
Que el amor, solamente el amor, da derechos,
Pero el amor pimpollo, recordalo, no es ciego,
Tiene luz en los ojos, y te sirve de espejo,
Te toma de las manos, y lo sentís adentro,
Entrecerrás los ojos ¡y estás tocando el cielo!
Perdóname pimpollo, me inspiro, y me voy lejos,
No sé si es el cariño o estoy quedando viejo,
Debía y no sabía como serte sincero,
Ya ves, quise mostrarte, como estás aquí adentro,
Y ahora que ya dije lo que padezco y siento
Quisiera regalarte dos cosas: ¿una?, el riesgo de equivocarte
La otra, una frase, un secreto: ama y ¡haz lo que quieras pimpollo... yo te quiero!"

Julián Zini-Villalba

Pájaro alerta





"Veo tus ojos en el sol 
y tu risa a su alrededor 
fuego y secreto de este viejo amor. 

Veo las líneas que van 
al espejo de nuestra memoria 
abrazos que hoy no están aquí. 

Solo en la ruta con mi cara al viento 
solo en la ruta hay un haz de luz 
la distancia nos da un lugar. 

Extrañarte es igual 
a los silencios de una canción 
si no están no hay lugar para respirar. 

Veo el paisaje que queda atrás 
y el tiempo que pasa veloz 
momentos que pronto se harán realidad. 

Es una suerte que lejos estés 
es una suerte que exista este amor 
si estuvieras aquí 
yo te vería en el sol."

Nito Mestre





jueves, 24 de marzo de 2016

Casa con altillo



"NADIE HABLO DE DECORARTE,
PARA QUE LUZCAS MEJOR,
TU AMBIENTE TIENE EL OLOR
DEL TIEMPO Y LA DISTANCIA,
TUS HUÉSPEDES LA NOSTALGIA
DE
UN TIBIO RAYO DE SOL.
.-LO QUE NO SIRVE ES MEJOR,
QUE LO LLEVEN AL ALTILLO.-
UN REPETIDO ESTRIBILLO
EN LOS LABIOS DE MI MADRE.
ASÍ; NO HABÍA TRASTO QUE SE SALVE
DE QUE LO GUARDEN EN TI,
TODO VIEJO…, ESO SÍ.
UNA GUITARRA, UN VIOLÍN,
UN CAJÓN LLENO DE CABLES,
UNA CUCHARA Y LOS BALDES
DEL JUBILADO ALBAÑIL.
Y EN TUS PAREDES COLGADAS
MI DESTEJIDA RAQUETA,
UN MANGO ROTO DE PALA
Y DOS RUEDAS DE BICICLETAS,
CANSADAS DE HACER PIRUETAS
O DE RODAR LA BAJADA.
TAMBIÉN COSAS
EMPUJADAS
POR EL TRAJÍN DE LA MODA:
UN JUEGO DE DORMITORIO,
UNA MESA, UN ESCRITORIO,
LA CUNA DONDE LLORÉ,
EL ANDADOR DE MI HERMANA,
NO SE PARA QUÉ UNA ESCOBA
Y EN UN CAJÓN DE MANZANAS,
UNA SELECCIÓN DE TODAS
LAS COSAS QUE VAN SOBRANDO:
UNA MUÑECA DE TRAPO
ZAPATOS QUE YA NO CALZAN
ALMANAQUES DE OTROS AÑOS,
UN YO-YO, UN TROMPO, UN BALERO.
Y UNA PELOTA DE CUERO
VIEJA TRISTE Y DESINFLADA
QUE ME DEVUELVE AL POTRERO,
CON UN GOL… EN SU MIRADA.
VIEJO ALTILLO, SOS LA CAJA
DONDE
GUARDO MIS RECUERDOS,
SOS EL LIBRO DONDE ENCIERRO
DÍA A DÍA MIS MAÑANAS.
MUCHAS VECES ME ASOMBRABA,
POR LA FALTA DE UN OBJETO,
Y AL PREGUNTAR POR AQUELLO
QUE HACE TIEMPO NO VEÍA,
MI MADRE ME RESPONDÍA
CASI EN EL BORDE DEL GRITO:
.-HE DICHO QUE EN EL ALTILLO
LO GUARDÉ “LOS OTROS DÍAS”.-
YO SE QUE ASÍ ESTA MAL DICHO
PERO ASÍ ELLA LO DECÍA.
Y ASÍ DESFILAN LAS COSAS
A LA ALTURA DE TU LECHO,
COFRE DE VIEJOS RECUERDOS
QUE FUERON PRESENTE UN DÍA.
EL TIEMPO VINO POR ELLOS
A CONDENARLES LA VIDA.
SOS EL
REFUGIO DE AQUELLOS
QUE NO TIENE DON IR,
Y QUE SE VAN…, COMO A DORMIR,
EL SUEÑO, SILENCIO GRIS
DE LAS COSAS OLVIDADAS.
VIEJO ALTILLO, VIEJA CAJA,
VIEJA LECCIÓN QUE APRENDÍ,
EL TIEMPO… POR TODOS PASA…
Y UN DIA… VENDRÁ POR MÍ."



 Ricardo A. Bedinelli

Luna entre los árboles




"Angélica, cuando te nombro, 
me vuelven a la memoria 
un valle, pálida luna en la noche de abril, 
y aquel pueblito de Córdoba. 

Si un águila fue tu cariño, 
paloma mi pobre alma; 
temblando, mi corazón en tus garras sangró 
y no le tuviste lástima. 

No olvidaré cuando en tu Córdoba te vi 
y tu clavel bajo los árboles robé, 
Mis brazos, fueron tu nido; tu velo: la luz 
de la luna entre los álamos. 

Tus párpados, si por instantes 
te vuelven los ojos mansos, 
recuerdan, cuando en el cielo de pronto se ve 
que nace y muere un relámpago. 

La sábana, que sobre el suelo 
se tiende cuando la escarcha, 
no es blanca como la tímida flor de tu piel, 
ni fría como tus lágrimas"

Roberto Cambaré