y era su dueño un pequeño
que velaba con empeño
los cuidados del cantor.
Era un precioso ejemplar
de color adamascado
era un preso resignado
a la misión de cantar.
Era sensible escuchar
de su garganta sonora
la nota grave que llora
en un constante ronar.
Daba a entender su trinar
de que una angustia sufría
porque falto de alegría
era su flauta un penar.
Un cierto día su dueño
el candoroso pequeño
que se solía extasiar.
al contemplar los fulgores
de tan divinos colores
y tan hermoso cantar.
Elevo al cielo su queja
porque prendido a la reja
de la pequeña prisión,
En lenta y triste agonía
su fiel canario moría
sin comprender la razón.
Preso de un hondo quebranto
subió a sus ojos el llanto
y con infante emoción,
Saco de la jaula al preso
poso de su boca un beso
sobre el rosado plumón,
Y en su mano temblorosa
quedo dormida una rosa
que tenia corazón.
La cajita de madera
la misma que contubiera,
la misma que contubiera,
lapicitos de color.
Fue la morada postrera
de aquel que en su vida fuera,
de aquel que en su vida fuera,
su mas preciado valor.
Y a distancia muy escasa,
y a distancia muy escasa,
de un legendario nogal.
Lloro la pobre criatura,
lloro la pobre criatura,
al
cavar la sepultura.
De su cantor sin igual."
De su cantor sin igual."
Jorge
Cafrune
Curioso personaje Jorge Cafrune, he visto un par de vídeos por internet y no lo hacia nada mal... la letra es triste y profunda... me gusta...
ResponderEliminarLa foto es muy original... nunca he visto un canario negro y menos en libertad... Sigue así...
Saludos: Jesus